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¿Son correctas las medidas que se están tomando para controlar a la yihad en Europa?


Los grupos fundamentalistas islámicos se encuentran en el ojo del huracán, son el "enemigo número uno a batir" tras los atentados del 11N; y tras el ataque al Charlie Hebdo han vuelto a tener todo el protagonismo policial en los países occidentales. El gobierno francés no fue espartano en palabras al calificar de auténtica "guerra" la que estaban viviendo en Francia contra los islamistas radicales. Tal vez suene (y quizá sea) algo exagerado, aunque eso sea precisamente lo que organizaciones como Al Qaeda buscan: llevar las guerras de sus países (Irán, Afganistán...) a suelo occidental. Y si realmente el gobierno francés está en lo cierto, todos habremos perdido una importantísima batalla. Pero por fortuna no es así, aunque estos últimos y dramáticos días para los franceses les hayan hecho palidecer, incluso temblar en cierta forma al ver herido su estado de libertades.

Ayer mismo Manuel Valls, el primer ministro francés, confirmaba que se tomarían nuevas medidas para prohibir estos grupos y contactos entre yihadistas en internet. Lamentablemente con ello vuelven a caer en un gran error: el de las prohibiciones. La palabra "prohibir" es muy socorrida por los políticos. Si algo no quieren, si algo no les gusta, temen o les amenaza, lo prohíben y punto. La prohibición en un papel (además de que los grupos clandestinos ya están prohibidos, por cierto) es muy difícil llevarla a la práctica en la era de las telecomunicaciones. Sí, hablan de prohibir y todos parecen quedarse contentos, tranquilos y en paz, pero eso no les va a aportar mayor seguridad.



Prohibir era eficaz en siglos pasados, cuando las comunicaciones por correo o teléfonos, telegramas o vía aérea, tenían un solo cauce (o muy pocos). En ese contexto prohibir era enormemente eficaz, y se impedía en la mayoría de las ocasiones las amenazas más graves.

Pero en la era de internet prohibir no sirve de nada. Están prohibidas las descargas de música, de software e incluso están prohibidos los links si atendemos a la nueva ley de Propiedad Intelectual. ¿Y de qué les sirve? Las personas que desean obtener contenidos de forma ilegal lo siguen haciendo. En la práctica sólo se lo estás prohibiendo a un grupo limitado de gente que no tienen los conocimientos necesarios ni el material para acceder al contenido prohibido. El resto se lo descarga y accede como antes.

Por desgracia parece que los gobiernos (entre ellos el español) no han aprendido nada de atentados como los del 11M en Atocha. En él, de una forma "chapucera", por decirlo así, y simple, unos pocos terroristas accedieron a explosivos mediante la llamada "conexión asturiana", y con sólo unos pocos miembros formados y capaces de realizar actos de barbarie consiguieron involucrar y "adherir" con engaños, dinero, contactos e influencias, a toda una red de personas que dejó asombrados hasta a los más expertos contraterroristas.

Por lo tanto no. No es prohibiendo (o no simplemente, vaya) como se lograrán evitar actos de barbarie y terroristas. Lo que se debe hacer es "controlar". Hay una diferencia abismal entre uno y otro. Mientras que para "prohibir" solo necesitas un par de abogados con tiempo libre para redactar leyes prohibiendo de todo (de los cuales los gabinetes de los políticos están a rebosar, por cierto), para controlar se requiere de más medios, inteligencia y, sobre todo, de auténticos expertos. Pero al final los resultados compensan.

Por desgracia las listas del paro están a rebosar de informáticos y programadores con un potencial enorme pero desengañados, que las administraciones ni quieren ni saben aprovechar, y como esas personas tienen que comer y vivir, muchas acabarán engrosando -aún sin quererlo, e incluso sin saberlo, como en la "conexión Asturias"- el bando enemigo. Y prohibiendo no se les detiene. Se les detiene controlándoles.

¿Qué se consigue simplemente prohibiéndoles? Consigues que detectarlos, acceder a ellos, infiltrarse y obtener información sea cada vez más difícil, peligroso y complejo. Los grupos islámicos radicales son un entramado muy variado, complejo y heterogéneo, pero los fundamentalistas más peligrosos no solo son muy reservados, sino que mantienen su sistema de comunicaciones muy restringido. Las prohibiciones que puedan llegarles a ellos no les afectan de manera grave, y las restricciones en las comunicaciones -así como vigilancia de las mismas- hará que sea también más difícil comunicarse a los expertos, infiltrados y espías de los gobiernos. Por supuesto, no me estoy refiriendo a que no se les pueda prohibir y censurar, pero su sistema de comunicación es tan específico (sobre todo con los grupos armados) que cualquier desliz o infiltración sin querer en grupos y foros públicos será algo muy valioso. Si ese tipo de comunicaciones se prohíben, los encargados de la lucha antiterroristas verán más compleja la labor de obtener información y/o contactar con ellos.

Por otra parte las comunicaciones actuales permiten que se puedan activar y usar de manera cómoda y rápida sistemas de encriptación. Muchos de esos sistemas poseen claves públicas, y varias compañías (además de gobiernos poderosos) ya han logrado saltarse muchas veces esa encriptación, pero algunos otros son privados y su uso y desarrollo es tan específico que hasta las policías los desconocen. Algunos sistemas pueden simular ser una conversación tribial, cuando esconden un mensaje encriptado, y esto se puede hacer en segundos pasando el mensaje "inocente" por un determinado filtro y luego publicándolo en foros. A ojos inexpertos o ajenos podría pasar como una conversación cualquiera sin mucho interés, pero en el fondo se están transmitiendo información muy importante.

Si reducimos a los yihadistas cada vez más en sus "guetos" informáticos, solo lograremos lo que ya ocurre en los suburbios de determinadas ciudades: radicalizarlos mucho más y facilitarles los contactos entre ellos mismos. Al final, tanta prohibición habrá logrado el efecto contrario. En internet la palabra "prohibir" no existe, al menos no en el significado que se le ha dado con las comunicaciones ordinarias, ¿cuándo se darán cuenta los políticos responsables de ello?. Internet no es un tren a vapor que puedes detener en mitad de la vía y acceder al vagón de correo para, una a una, leer todas las cartas que transporte. Ni muchísimo menos. A no ser que cortes todo el flujo de internet y lo conviertas en un internet restringido, como ocurre en países como China, y ni aún así. Si detenemos ese tren en una vía, automáticamente ellos abrirán otra. Y puede que para cuando sepamos la existencia de esa otra vía ya sea, por desgracia, demasiado tarde.

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